miércoles, 27 de julio de 2011

Homenaje 9: Mariano Mangano, el "Presidente"

Mariano Mangano, nació el 14 de marzo de 1912 en Río Negro, vino a La Plata a los 2 años de edad, hijo de Salvador Mangano nacido en el año 1885 en la ciudad de Catania, situada en la isla de Sicilia. Era un albañil que como tantos italianos de esos tiempos decidieron probar suerte en nuestro país, y así fue como a principios del siglo XX se vino para Argentina. Junto con Rosario Canino tuvieron 5 varones y 2 mujeres. Todos heredaron la cultura del trabajo y el esfuerzo que su padre les había inculcado. Vivían en un lugar muy modesto en el barrio La Loma.
Mariano Mangano trabajó junto a su padre mientras que por las noches estudiaba, y así fue que a los 21 años se recibió de maestro mayor de obras.
Toda su vida se dedicó a la construcción y al poco tiempo pudo armar su propia empresa constructora, que luego se asociaría y pasaría a llamarse "Cardini-Massi-Mangano".
Al pasar los años fue creciendo y diversificó su actividad, adquirió propiedades y participó de variadas sociedades, de esta forma se pudo asentar económicamente.

Siempre le comentó a sus amigos que se hizo de Estudiantes por intermedio de un conocido de apellido Rodriguez, y que la primera vez que fue a la cancha le pidió plata a su padre para ir al cine y terminó pagándose una entrada.
Había sido un chico muy humilde que no tenía plata para pagarse una entrada y miraba los partidos desde la vereda.

Socio número 22.218, inscripto el 13 de junio de 1940, llegó al sillón presidencial tras recorrer desde abajo toda la escala como dirigente, como miembro de subcomisiones, vocal (en 1955, bajo la presidencia de Ferri), tesorero (1957), protesorero (58/59), y presidente.

Su emprendedora gestión comenzó el 2 de enero de 1960, y hasta el día de su muerte, ocurrida el 9 de diciembre de 1970, trabajó por el progresos institucional y deportivo de Estudiantes. Así llegaron los títulos nacionales e internacionales del equipo de Osvaldo Zubeldía, impulsó y mandó a construir el Country de City Bell, y logró que el padrón societario creciera de 14.000 a 90.000.

Mangano presidió Estudiantes durante diez años, y con esmero, voluntad de trabajo y espíritu progresista, cimentó la grandeza del club. Condujo el ciclo deportivo más exitoso y mandó a construir el Country de City Bell.
Mariano Mangano, presidente de los presidentes. El hombre que cimentó la grandeza de Estudiantes desde el trabajo diario, con esmero, voluntad de progreso y tesón.

En medio de la gloria deportiva, con los laureles adornando su mandato, Mangano redobló la apuesta: "Hemos edificado un cuadro campeón, pero ahora debemos seguir levantando un club entero", dijo.

En 1963 hizo una apuesta fuerte y acertada que condujo al Pincha al éxito. Contrató como director técnico de las divisiones inferiores a un joven que traía un proyecto integral y revolucionario: Don Miguel Ubaldo Ignomiriello. "En las divisiones inferiores está el futuro del club", opinaba con razón. Y así se fueron surgiendo nuevas figuras y se conformó la famosa Tercera que mata. Un plantel de jóvenes valores que resultó subcampeón en el torneo de la divisional tercera en 1964. y campeón en 1965 y 1966. Incluso, del plantel que llenaba los estadios antes del partido principal, en un fenómeno irrepetible, veinte jugadores formaron la base del equipo Campeón Intercontinental en 1968 con Zubeldía.

"Y a todos les digo que tengan fe, que Estudiantes se va a jugar en todos los terrenos y que cualquiera sea el resultado, nuestros colores nuestra ciudad, el pais, quedaran orgullosos de esta representación.
Ustedes tienen la experiencia, tienen el liderazgo, el temple y el coraje. Si cada uno se convence de dejarlo todo por el de al lado, con la pelota y con los pies, pero por sobre todo con el corazon y la cabeza, ustedes le pueden ganar a cualquiera no tengo dudas. Mientras te quede una gota de energía nadie, nadie se va a llevar por delante a tus compañeros, por que son los mejores del mundo"

En aquel entonces, Mangano inició un proceso de integración del club, y apostó por una relación armoniosa con el plantel profesional, salvando todos los obstáculos. Así, armó un equipo de trabajo formado por los directivos de Ringuelet, Lachaise, Nanfito y Croce, que se encargó de conocer el medio familiar de los jugadores para estableces las posibilidades económicas, sociales y culturales de cada uno.

"Un equipo como aquel no vuelve a repetirse, es muy difícil poder juntar veinte jóvenes como aquellos", diría Mangano en los últimos días de su mandato.

Mangano, un hombre sencillo, recto y cultor de la perseverancia como camino al éxito, supo disfrutar de los triunfos deportivos, pero también tuvo la grandeza de marcar los errores. Así, cuando el equipo de Zubeldía perdió la final Intercontinental contra el Milan, reconoció el desliz de los jugadores que fueron expulsados y detenidos por el gobierno de Juan Carlos Onganía, por entonces presidente de la Nación.
"Creo que la macana la hicimos un poco entre todos. Ahora sólo tiene que preocuparnos la posibilidad de lavar estas culpas y no repetirlas nunca más", dijo a modo de autocrítica, en medio de un escándalos de grandes proporciones. A diez días de terminar su mandato, y próximo a las elecciones que lo hubieran mantenido en el cargo, porque encabezaba la única lista oficializada, Mangano tomó la drástica decisión de quitarse la vida con un disparo en la sien.

Algunos hechos y actitudes de Mangano durante los últimos meses de 1970 no llamaron la atención sino hasta después del episodio fatal. Es que ni siquiera su familia sospechaba que podía tomar semejante decisión. "Su espíritu indicaba lo opuesto. Es lo último que podíamos imaginar", recuerdan hoy desde su entorno.
Meses antes de ese 9 de diciembre, Mariano había comprado en la armería Cosoli un revólver. Nunca antes había llevado un arma a su casa, ni siquiera cuando tenía la fábrica de armas deportivas. "Es para llevar al campo. Hay mucha inseguridad en el viaje", les explicó  a su esposa e hijas.
Noviembre fue un mes difícil. A su mujer, María Elena Cardelli, le habían detectado un cáncer de mamas. Fue operada y estuvo internada desde el 20 al 29 (el tratamiento luego sería exitoso). Mangano, después, viajó al campo con su amigo y socio Emilio Massi. Allí estuvo unos días. Había manifestado sentirse cansado.
A su regreso, el domingo 8 de diciembre asistió junto a su familia a la comunión de sus nietos, los hijos de Delia Esther. Al día siguiente, por la mañana, Mangano pasó a visitar a un familiar llegado de Europa, y extrañamente en el camino compró una bebida para brindar.
Un rato más tarde, ya en el mediodía, volvió a su casa y compartió el almuerzo con su esposa y hija menor, Sara. Durante la comida le preguntó a ésta cómo le iba en la Facultad de Ciencias Económicas y qué planes tenía para su futuro. Al finalizar le dio un abrazo más fuerte de lo habitual y se despidió. Dijo que iba a festejar a su oficina, en uno de los departamentos contiguos.
Minutos después se escuchó el disparo.
La familia buscó en cada rincón de cada uno de los departamentos que conformaban la casa una carta. No la había. Hasta hoy no existe una explicación certera sobre lo que motivó el suicidio de Mangano. El diagnóstico de ese momento, de su médico, el doctor Schaposnik, fue de un surmenage, hoy más popularizado como estrés. También tras su muerte su familia conoció que él se había manifestado preocupado por su estado anímico.
La única certeza al respecto es que no se trató de un problema económico ni financiero que estuviera atravesando. Por el contrario, en ese momento Mangano tenía la misma solidez que antes, y parte de su patrimonio (en propiedades y bienes) hasta hoy se mantiene en cabeza de sus sucesores.
Claro que no fue el legado económico su mayor herencia. Esos once años como presidente le dejaron a Estudiantes una riquísima, imborrable y probablemente inigualable historia. También les dejó un camino a seguir a los socios y dirigentes.


Fuente: Revista Animals! y Diario Hoy

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6 comentarios :

  1. Para mí es un placer saber que muchos de los personajes que han ennoblecido un gran club como Estudiantes fueron de estirpe italiana. Además del Presidente Mariano Mangano también recuerdo Carlos Bilardo, Néstor Togneri, Alberto Poletti, Marcos Conigliaro, Mauro Boselli, los entrenadores Alejandro Sabella y Miguel Ignomiriello y muchos muchos otros...

    Luca Gandini (Italia)

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  2. Luca, sabía que ibas a sentir orgullo por las raíces italianas de Mangano. Es verdad que el plantel de Zubeldía tenía varios jugadores con descendencia italiana, y usaron cualidades de aquellos inmigrantes como la humildad, el trabajo y el esfuerzo...
    Un abrazo!

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  3. Excelente posteo, muy emotivo, hace honor a Mangano.
    Mi viejo siempre me cuenta que mi abuelo, cuan se propuso hacer el Country, y como era Mangano el pte del club, fue uno de los que se hizo socio patrimonial del club

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  4. Gracias a tu abuelo y muchos pinchas más hoy podemos disfrutar del country, pocos clubes tienen un lugar así para sus jugadores y socios...
    Si te interesa acá subí algo de como se hizo para la compra del country
    http://mazypincha.blogspot.com/2011/04/country-club-mariano-mangano.html

    Gracias por pasar Gaby!

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  5. Buen posteo, esperemos que la dirigencia se ponga a la altura de las circunstancias actuales y lo saque adelante. El respeto hacia hombres como Mangano, necesitan de esas respuestas.

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  6. Muy bueno mazy muchas gracias por la gran reseña

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