Hombre serio. Defensor aguerrido, duro, monolítico. No tenía término medio: despertaba pasión u odio. Pero a él nada de ello le importaba demasiado. El tucumano sabía lo que quería y no se andaba con vueltas. De pocas palabras siempre. Pero drástico y terminante a la hora de opinar, de cualquier tema. Pero a la hora de jugar, allí en el fondo, imponía respeto a los rivales y confianza a sus propios compañeros.
Ramón Alberto Aguirre Suárez fue figura fundamental de aquel equipo de Osvaldo Zubeldía. Su recia estampa quedó grabada en la retina de los hinchas albirrojos. No supo de renunciamientos. Siempre fue al frente. Nunca se guardó nada, incluso a la hora de opinar:
-No me gusta vivir de recuerdos. Para mí, lo que pasó ya quedó atrás. Nos queda la alegría y las nostalgia. Pero no quiero volverlas a vivir. Pero Estudiantes fue la etapa más brillante en mi carrera futbolística. De cualquier manera, soy alguien que no vivo ni vivió nunca del pasado.
-En su momento marcamos una etapa en el fútbol. Y si esto sirve para las próximas generaciones, que valga. Íntimamente esto se disfruta, sin dudas, pero de allí a que se transforme en algo rimbombante, es demasiado.
-Yo rescato de aquello la emoción de la gente. Ver la ciudad embanderada. Eso es lo que más me conmovió. Futbolísticamente uno andaba acelerado y me fui a Europa... No quiero decir con esto que aquello quedó en la nebulosa pero lo de la gente será imborrable para mí.
-Osvaldo Zubeldía fue un ejemplo total. Esto es lo que él dejó. A mí me marcó mucho. Me dejó enseñanzas que apliqué en su momento como jugador y también me dejó cosas para mi carrera como director técnico.
-Estuve siete años en Estudiantes. Fueron tan intensos como imprevistos, verdad, por las circunstancias que se fueron sucediendo. Llegué para jugar en las inferiores, con la tercera fuimos subcampeones y a partir de allí ganamos todos los títulos que se conocen.
-Aquel equipo tenía mucha disciplina. Creo que en todos los órdenes, si no se marca una disciplina es muy difícil conseguir logros.
-He pasado muchos momentos tristes. Estuve preso por el fútbol, salí muchas veces de una cancha acosado por el público. Pero el día que me fui de Estudiantes sentí realmente tristeza. ¡Y eso que no iba para Europa! a un buen club y atraído por un buen contrato. Pero uno sentía que al partir algo muy lindo quedaba atrás para siempre.
-Aquel equipo llegó a lo que llegó porque, insisto, tenía una disciplina. Había un orden, disciplina y respeto, pero fundamental con humildad, esas cosas marcaron en nosotros todo lo que logramos.
-Sacando la excepción de Verón, los demás fuimos obreros... Él se salía fuera del libreto.
Aguirre Suárez le aportó a aquel equipo mucha humildad, mucha entereza, mucho sacrificio. Muchos días de dejar la familia para dedicarse a esto. Era una obsesión marcada para triunfar.
En la final Intercontinental de 1969, Estudiantes perdió en el primer partido disputado en el estadio San Siro contra el Milan por 3 a 0, y en el partido de vuelta en la Bombonera, ganó por 2 a 1 (uno de los goles lo marcó Aguirre Suárez) lo cual no fue suficiente para retener la Copa. En el final del partido se generaron incidentes entre los jugadores, resultando herido Nestor Combin (jugador del Milan, francés de origen argentino) y la dictadura militar gobernante en Argentina en aquel momento (comandada por Juan Carlos Onganía) decidió enviar al penal de Devoto a tres jugadores de Estudiantes: el arquero Alberto Poletti (a quien además le aplicaron una suspensión de por vida, luego revocada), el marcador de punta Eduardo Luján Manera y el defensor Ramón Aguirre Suárez.
Tras la final de la Copa Libertadores de 1971, emigró al Granada de España donde jugó hasta el año 1974, para luego ir al UD Salamanca del mismo país.
En el año 1976 retornaría a Argentina para jugar en Lanús, club en que se retiró en 1977.
Acá algunas imágenes de su paso por el Granada, donde tienen un muy buen recuerdo del Tucumano.
Fuente: Diario El Día y Wikipedia
Aguirre Suárez, ese rudo zaguero
LA PLATA.- Ramón Alberto Aguirre Suárez se convirtió en aquella época en un zaguero central rudo, que imponía respeto al borde del área con su sola presencia.
Quien en la actualidad se desempeña como profesor y responsable de las actividades deportivas del colegio San José, de esta ciudad, se enorgullece cuando recuerda aquel equipo que sólo cosechó triunfos. "La era Zubeldía marcó un antes y un después en el fútbol argentino. Fuimos pioneros en realizar la primera pretemporada, en entrenarse con lluvia o granizo, en concentrarnos durante varias semanas y en las jugadas de pizarrón. Conocíamos el reglamento a la perfección y sabíamos utilizarlo. Hoy se habla del achique y nosotros fuimos los primeros en aplicarlo, pero con otro nombre: jugar a la posición adelantada".
Sorprende ver su casa sin adornos ni fotografías de su pasado futbolístico. Aguirre Suárez se defiende y dice que "no soy un nostálgico y el valor de mi trayectoria fue rescatado por el periodismo. Nos etiquetaron como el antifútbol, el equipo que usaba alfileres o le tiraba arena a los ojos de los rivales. Nada de eso es cierto. Fue un invento del periodismo".
Siempre con su amplia sonrisa, casi picaresca, no duda en confesar que "le arruinamos el negocio, porque se vende con los de mayor convocatoria y Estudiantes no lo era. Fue el primer club chico que dejó de serlo. Sobraron títulos y Estudiantes no era un club vendedor de diarios y revistas como los cinco grandes".
Aguirre Suárez no se cansa de hablar de Osvaldo Zubeldía. Y él lo define por su sabiduría como técnico y por su dignidad. "Fue todo un ejemplo porque no llegaba tarde ni faltaba a una práctica. Su mejor virtud fue anticiparse con la estrategia, saber usar el pizarrón y preocuparse poco por el rival. Nos educó y supo formar un equipo aguerrido, sin líderes. Todos opinaban y discutían. La convivencia al principio no fue fácil, pero Osvaldo la supo imponer".
El ex zaguero recuerda que el partido contra Manchester United fue duro. El estadio era una verdadera caldera. "Salimos 20 minutos antes de empezar el partido, aún no estabámos cambiados y la rechifla fue impresionante. Y nosotros nos preguntábamos cómo saldríamos de allí. Si la cancha no tenía alambrado... Claro, la educación era otra y no pasó de silbidos y gritos hostiles."
Aguirre Suárez rememora que el éxito de Estudiantes "no fue de casualidad. Ese fue el objetivo trazado y supimos concretarlo. Nos sobraba confianza y jamás se pensó en fracasar". Con ojos humecidos, recordó aquel vestuario eufórico. "No había gritos ni cantos. Quién iba a abrir la boca si todos lloraban. Yo era más fuerte de carácter, pero pensé en mis padres que estaban en Tucumán. Y alguna lágrima se me cayó. Era el desahogo de tanto sacrificio. Nadie nos regaló nada. Llegamos por el propio esfuerzo".
Y así se refirió al sacrificio. "Sólo teníamos contacto familiar cada tres semanas, cuando compartíamos un asado. Y nada más. ¿Cúal era nuestra diversión? Los periodistas, a quienes les quitábamos grabadores, micrófonos o cámaras fotográficas. Hasta recuerdo -sonríe- que quemamos un colchón en el que descansaba uno que dormía en el Country".
Aguirre Suárez y su mensaje final: la satisfacción que le dio la vida. "Estoy agradecido al fútbol, porque me aseguró un bienestar. Pero también tengo cinco hijos, y ése es mi orgullo."
Viernes 16 de octubre de 1998, Diario La Nación
LA PLATA.- Ramón Alberto Aguirre Suárez se convirtió en aquella época en un zaguero central rudo, que imponía respeto al borde del área con su sola presencia.
Quien en la actualidad se desempeña como profesor y responsable de las actividades deportivas del colegio San José, de esta ciudad, se enorgullece cuando recuerda aquel equipo que sólo cosechó triunfos. "La era Zubeldía marcó un antes y un después en el fútbol argentino. Fuimos pioneros en realizar la primera pretemporada, en entrenarse con lluvia o granizo, en concentrarnos durante varias semanas y en las jugadas de pizarrón. Conocíamos el reglamento a la perfección y sabíamos utilizarlo. Hoy se habla del achique y nosotros fuimos los primeros en aplicarlo, pero con otro nombre: jugar a la posición adelantada".
Sorprende ver su casa sin adornos ni fotografías de su pasado futbolístico. Aguirre Suárez se defiende y dice que "no soy un nostálgico y el valor de mi trayectoria fue rescatado por el periodismo. Nos etiquetaron como el antifútbol, el equipo que usaba alfileres o le tiraba arena a los ojos de los rivales. Nada de eso es cierto. Fue un invento del periodismo".
Siempre con su amplia sonrisa, casi picaresca, no duda en confesar que "le arruinamos el negocio, porque se vende con los de mayor convocatoria y Estudiantes no lo era. Fue el primer club chico que dejó de serlo. Sobraron títulos y Estudiantes no era un club vendedor de diarios y revistas como los cinco grandes".
Aguirre Suárez no se cansa de hablar de Osvaldo Zubeldía. Y él lo define por su sabiduría como técnico y por su dignidad. "Fue todo un ejemplo porque no llegaba tarde ni faltaba a una práctica. Su mejor virtud fue anticiparse con la estrategia, saber usar el pizarrón y preocuparse poco por el rival. Nos educó y supo formar un equipo aguerrido, sin líderes. Todos opinaban y discutían. La convivencia al principio no fue fácil, pero Osvaldo la supo imponer".
El ex zaguero recuerda que el partido contra Manchester United fue duro. El estadio era una verdadera caldera. "Salimos 20 minutos antes de empezar el partido, aún no estabámos cambiados y la rechifla fue impresionante. Y nosotros nos preguntábamos cómo saldríamos de allí. Si la cancha no tenía alambrado... Claro, la educación era otra y no pasó de silbidos y gritos hostiles."
Aguirre Suárez rememora que el éxito de Estudiantes "no fue de casualidad. Ese fue el objetivo trazado y supimos concretarlo. Nos sobraba confianza y jamás se pensó en fracasar". Con ojos humecidos, recordó aquel vestuario eufórico. "No había gritos ni cantos. Quién iba a abrir la boca si todos lloraban. Yo era más fuerte de carácter, pero pensé en mis padres que estaban en Tucumán. Y alguna lágrima se me cayó. Era el desahogo de tanto sacrificio. Nadie nos regaló nada. Llegamos por el propio esfuerzo".
Y así se refirió al sacrificio. "Sólo teníamos contacto familiar cada tres semanas, cuando compartíamos un asado. Y nada más. ¿Cúal era nuestra diversión? Los periodistas, a quienes les quitábamos grabadores, micrófonos o cámaras fotográficas. Hasta recuerdo -sonríe- que quemamos un colchón en el que descansaba uno que dormía en el Country".
Aguirre Suárez y su mensaje final: la satisfacción que le dio la vida. "Estoy agradecido al fútbol, porque me aseguró un bienestar. Pero también tengo cinco hijos, y ése es mi orgullo."
Por Salvador Santalucita
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Gracias por este homenaje al Negro Aguirre Suárez. Me ha impresionado un vídeo de Youtube dedicado al partido de la Copa Intercontinental 1969 que se jugó en la Bombonera contra el Milan: Aguirre Suárez fue expulsado y mientras abandonó la cancha fue ovacionado por la hinchada pincharrata, entonces se emocionó y rompió a llorar saludando a sus aficionados. Fue un momento muy muy conmovedor.
ResponderEliminarLuca Gandini (Italia)
No sabía eso Luca, voy a tratar de buscar el video para agregarlo al post. Es un tipo muy querido en Estudiantes y por lo que estuve viendo también en el Granada de España, la verdad que es algo que me sorprendió.
ResponderEliminarUn abrazo!
Hola, por la época que jugó en el Granada (1971-74) hay una nota muy buena en http://5000yunramos.blogspot.com/2008/05/el-negro-aguirre-surez.html
ResponderEliminarUn grande de nuestra historia, ahora todos se hacen los "delicados" como Perfumo, pero en esa época en defensa se jugaba así (y si lo sabrá él, que cruzaba la cancha de lado a lado para barrer a uno que le daba bronca), o a ver si Perfumo, "Hacha Brava" Navarro, el Coco Basile y todos los defensores de los "grandes" eran bailarinas de ballet...
El Negro fue el mejor.
Gracias por el recuerdo!
Felicitaciones por el post Mazy...
ResponderEliminarCon estas cosas mantenemos fresca la memoria la familia Pincharrata.
Salutte!!!!
Leo (@Leobar100)
Totalmente de acuerdo Claudio! y gracias por visitarme.
ResponderEliminarGracias por pasar Leobar.
Un abrazo grande!
"Tenemos la suerte de haber vivido las malas y poder disfrutar aún más las buenas"...es asi Mazy y por eso es nuestra obligación transmitir aquello que esta nueva camada pincha no vivió: las épocas no tan buenas tambien nos ayudaron a crecer y aprender de esos errores...es verdad que era difil comprender lo que nos decían los mas grandes, me acuerdo que mi viejo, cuando yo era un pibito me decia "vos no sabes lo que es Estudiantes de La Plata, no te imaginas la dimensión que tiene", yo lo miraba con un desconcirto total: que me esta diciendo este tipo? si no le podemos ganar ni a Platense de local!...pero con los años, las historias, las anécdotas y este momento incomparable pudimos sentir lo mismo que nuestros viejos, abuelos y tios sintieron por la decada del 60...eso es Estudiantes de La Plata, transmitir de genracion en genracion la pasion, la mistica, el concepto de familia y del sentido de pertenencia...
ResponderEliminarAbrazo! Espero que podamos juntarnos algun dia y disfrutar juntos de nuestro hermoso e inigualable Estudiantes de La Plata!
Gracias por pasar EDLP_amoreterno!
ResponderEliminarRecomiendo pasar por su blog
http://estudiantesamoreterno.blogspot.com/
Me siento muy identificado con lo que escribe, ya que somos de la misma época...
Un abrazo grande!
Hoy es el cumpleaños de Ramón Alberto Aguirre Suárez, un símbolo del orgullo pincharrata. Ramón fue el valiente defensa central del equipo campeón de América y del mundo. Era un jugador muy duro, que hacía sentir todo el rigor de la pierna fuerte. Su amor por la camiseta de Estudiantes le causó también muchos problemas, ya que fue encarcelado dos veces durante la dictadura de Juan Carlos Onganía. Una vez fue después del desempate contra Racing, en la Copa Libertadores de 1968, y otra vez fue despúés del partido contra Milan, en la Copa Intercontinental 1969. Si bien fue un jugador muy recio en la cancha, todos los que lo conocen dicen que es una persona muy simpática y dulce en la vida cotidiana. Hoy toda la familia pincharrata lo saluda y le dice: ¡¡¡Feliz cumple, campeón!!!
ResponderEliminarLuca Gandini (Italia)
Gracias Luca por acordarte, un grande de la historia pincharrata es el tucumano.
ResponderEliminarAbrazo!
Adiós, Tucumano, otro gran campeón pincharrata que se nos fue.
ResponderEliminarEl eco de sus hazañas llegó hasta Italia.
Luca Gandini (Italia)
Vivirá por siempre en el recuerdo de la familia Pincha...
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