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Osácar en su despacho de la presidencia del Club |
"Los que una vez intentaron cambiar tu nombre en despojo, seguramente olvidaron que hasta en la sangre llevamos glóbulos rojos y blancos". La voz inolvidable e iconográfica de un momento de la historia de Estudiantes, surgió de la oratoria sin parangón de Jorge Calandra, crack del amateurismo, luego dirigente y quizás el mejor de todos en el atril.
El hermano del Toro Saúl Calandra, un capo del balón criollo e internacional con la Selección pre '30, hablaba ante la presencia de Pedro Jorge Osácar sobre la intervención del Club.
No fue un discurso más, Osácar escuchaba y coincidía. Para las nuevas generaciones de socios e hinchas, Osácar es el gimnasio de la sede. Esta es una mirada parcial e injusta.
Pedro Jorge Osácar fue uno de los más grandes presidentes de la historia del Club, quien catapultó su vida social, ideó y creó la actual sede social, otrora derruida casona de una plata, y hasta estuvo preso por defender al Club de sus amores.
Osácar es, además, uno de los grandes olvidados de la historia reciente, quizás porque su obra fue antes de la transformación continental con
Mangano y
Zubeldía. "Estudiantes tenía dirigentes de lujo, Osácar era un caballero", lo recuerda hoy el Beto Infante, ese crack que inventó la rabona.