Recibimiento del Estudiantes Campeón del Mundo

La ciudad pareció detenerse en el tiempo, aquel 22 de octubre de 1968, cuando los albirrojos llegaron al país. Eran las 9.30 cuando el avión de Aerolineas se detuvo y el clamor popular comenzó a vivarlos. Es que en Ezeiza miles de albirrojos habían llegado apenas salía el sol, con el fin de darle a los campeones del mundo “la calurosa recepción que se merecen”.

El plantel de Estudiantes en Ezeiza

Zubeldía, Malbernat y Raúl Lachaise fueron los primeros en asomarse por las escalinatas y apenas pisaron tierra, se le abalanzaron cientos de periodistas, familiares y algunos hinchas infiltrados.

Tras cantarse el himno, toda la delegación partió desde Ezeiza, pasando por las distintas calles capitalinas y durante todo el trayecto que la llevó hasta nuestra ciudad, el ómnibus que conducía a los jugadores fue el punto de recepción de miles y miles de gargantas que el grito de ¡Dale Campeón! ¡Dale Campeón! Acompañaron cada metro recorrido.

Se llegó alrededor de las 13.45 a las puertas de Villa Elisa y recién a las 15.30 pudo detenerse el ómnibus frente a la Gobernación, en donde hubo un mensaje a cargo del general Imaz, para luego trasladarse la delegación al estadio, donde esperaban los fanáticos albirrojos. Claro, al margen de la locura popular, es bueno marcar que el citado micro se detuvo y no volvió a andar en 7 y 45, siendo remolcado por los bomberos.

Así, en un día donde los medios capitalinos reflejaban la hazaña de la Cosmonave Apolo que eliminaba los últimos obstáculos para que por fin, el hombre llegara a la luna; una pelota hacía famosa, a través de Estudiantes, a la querida ciudad de La Plata.

El Gráfico dijo:

Y la Copa llegó a La Plata...

Este es el gran resumen de todo el proceso. Es la culminación del trabajo de un grupo de hombres. Y en este recibimiento, en este "GRACIAS" que le brindó a Estudiantes su ciudad, en este "Bienvenidos, Campeones del Mundo" que flotó en el estadio de 1 y 55, donde la tribuna cambió el almanaque... donde el martes se transformó en domingo, está todo... Todo, en ese micro "taponado" en la rotonda de 7 y 32, en la entrada de La Plata. Todo, en esa Copa sostenida a tres brazos por el presidente del club, Mariano Mangano; por el capitán Malbernat y por el "dueño", Osvaldo Zubeldía. Y todo también está en esta recepción que el teniente general Onganía le brinda a los campeones... Es la primera vez que el presidente de la Nación recibe a un equipo de fútbol en el Salón Blanco de la Casa Rosada. Habrá sido, quizás, porque es también la primera vez que el fútbol argentino nos da el ejemplo de un equipo que construyó su propia historia...

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