sábado, 6 de agosto de 2011

El Histórico gol de "hachita" del Beto Infante


Infante y su gol de "rabona"
A las 15.10 del 19 de septiembre de 1948 arrancó el partido que sirvió de excusa para ver la joya histórica que quedó en la antología de las jugadas brillantes del fútbol nacional.
El primer tiempo fue de ida y vuelta, aunque Estudiantes era un poquito más ambicioso y el Canalla lo miraba de reojo, recio.
El equipo albirrojo estaba cuarto en la tabla, a tres puntos de Independiente, Racing y River (los punteros) y Central navegaba por la mitad. Igual, el Canalla pintaba como un rival complicado, mañoso. Ya en la primera rueda en Rosario hubo algunas escaramuzas y hasta rompieron las relaciones entre los clubes luego del triunfo Pincha.
Reynoso e Infante eran los que manejaban las clavijas del local, y en Central predominaban Bravo y Vilariño... y las murras del “Fachero” Mur.
El Beto Infante en un momento se enojó y casi se va a las manos con Santos por un foul que cometió. Hubo muchas situaciones de gol, pero el primer tiempo terminó en cero.
Aunque no parecía, lo mejor estaba por llegar...
El complemento fue un verdadero baile para Estudiantes. A los 10 minutos nomás, el centralista Mansilla la bajó con la mano y el Payo Pelegrina ejecutó al arquero con un penal violentísimo.
Aturdido, salió el visitante a buscar el empate. Pero llegó el segundo de ELP y de Pelegrina, con un zurdazo al lado del palo de Botazzi. ¿Partido terminado?
Parecía que la tarde languidecía y que iba a ser una victoria más de Estudiantes en su estadio.
El Beto en sus años de jugador
Pero ... una obra maravillosa se estaba gestando. El gran Beto Infante estaba pergeñando una obra que iba a quedar en los libros del fútbol argentino.
Hasta ese momento hubo goles lindos: de cabeza, de jugada, de palomita, de taco. Pero ninguno como éste. Más o menos así lo relataban los diarios de la época: “Fue una genialidad. No es fácil ni difícil describirla. Aunque sería indispensable haberla visto. Remató Gagliardo y la pelota rebotó en el poste. Sin pararla, el ejedelantero Infante, algo corrido hacia la izquierda, tiró al arco de calle 57 desde afuera del área. Le pegó con el pie derecho aplicado por detrás de la pierna izquierda. Fue una muestra de destreza, elegancia, agilidad y limpieza, propia de un intérprete de ballet. La pelota se elevó con efecto y bajó justo detrás del arquero, al lado del palo izquierdo de Botazzi. Cuando el esférico se introdujo, el guardameta Canalla no lo dudó y corrió hasta la mitad de la cancha para abrazar y felicitar a Infante. Otro tanto hizo el árbitro”.
La cancha se vino abajo. Los 20 mil Pinchas estallaron en pedazos. Hasta a algunos hinchas rosarinos se le escaparon unos tímidos aplausos. “Son goles de Infante”, decían en la techada. “Tiene la pelota amaestrada”, repetían en la tribuna de calle 1. “Díganle a Bertoldi (intendente) que le ponga Infante a calle 1”, gritaban en la popu de 57.
Absolutamente todos se restregaban los ojos. Nadie lo podía creer. Estaban emocionados. Sabían, eran conscientes, que estaban viviendo un momento único, sublime. Acababan de ver uno de los mejores goles que se convirtieron por estas tierras, de esos que se pueden contar a los hijos, a los nietos y a las futuras generaciones.
Todo gracias a la “hachita” de Infante, que hizo hablar a toda la Argentina disfrazada de obra de arte.


Así lo explicó el Beto:

El gol fue así: desborda por derecha Gagliardo. Saca el shot y la pelota pega en el palo izquierdo del arquero. La pelota sale del área grande, agarra una matita de pasto y la pelota se levanta un poco. Yo vengo y le pego fuerte, de sobrepique. El arquero se desesperó y se le metió por arriba, tanto que pegó en la red que está detrás del palo izquierdo. Fue a parar allá arriba, en el nido. Si no estaba la matita, no era gol. La pelota nunca podría haber tomado tanta fuerza.
El Beto recuerda su gol
Yo tiré al arco. No te voy a mentir y decir que la tiré justo ahí. Pero no fue de casualidad. El arquero me corrió hasta la mitad de la cancha para darme un abrazo. El árbitro me dijo ‘te felicito’. Hasta me tuteó.
La gente estaba desesperada. Cuando salí de la cancha para irme a casa, la gente me siguió como diez cuadras. Estaban muy felices.
No recuerdo que alguien haya metido un gol así. Borghi hacía la rabona y Maradona también. Pero adentro del área, donde es más fácil. Pero hacerla de afuera del área y desde casi 30 metros es más difícil. Creo que soy el único que pudo hacer un gol así desde tan lejos.
Todos dijeron que fue un gol de hachita y después vino la rabona. ¿Por qué se llama hachita? No tengo ni idea.
Recuerdo que en la cancha había mucha gente. En esa época Estudiantes tenía muy buenos equipos. El problema eran los árbitros de visitante, era imposible ganarles a Boca o River.
A mí, por suerte, me tocó hacer goles lindos, como el que le metí a Atlanta, que la llevé haciendo jueguitos desde la mitad de la cancha hasta el área y le hice un sombrero al arquero.
Después de ese gol, el que más me acuerdo es el que le hice a España en el Santiago Bernabeu jugando para Argentina. Chupete Allegri pateó de 35 metros y el arquero la quiso agarrar en vez de tirarla por arriba del travesaño, la quiso agarrar y la dejó boyando. Yo venía con todo, le pegué, la pelota dio en la red y quedó muerta adentro del arco.


Fuente: Diario Hoy

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6 comentarios :

  1. Muy lindo el homenaje, seguí así.
    Da gusto leer la historia pincha

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  2. Gracias Gaby, me alegro que te guste. La verdad que a mi también me gusta leer sobre la historia Pinhca, y cuando encuentro cosas lindas las trato de subir al blog para compartirlas...
    Saludos!

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  3. Hola, excelente tu blog, tenes algun mail donde me pueda contactar con vos?

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  4. Gracias por pasar Pincha Sur, ahi te mande un mail.
    Saludos!

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  5. Que buen recuerdo del Beto infante...

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