Dejo el relato de mi tío de como vivió la final de la primer Copa Libertadores ganada por Estudiantes.
Transcurrían los primeros días del mes de mayo de 1968 y la
efervescencia de la gente de Estudiantes por viajar a Montevideo para asistir a
la gran final de la Copa Libertadores de América frente al Palmeiras de Brasil
era inusitada. En la sede de calle 53 se habían instalado las distintas
agencias y compañías turísticas con sus ofertas para el viaje. Nosotros (yo, mi
hermana, su novio, dos primas y una amiga) elegimos trasladarnos por la
motonave 'Atlantic' que una de esas empresas promocionaba, la cual se la veía
en un gran poster como muy importante.
El día 16 (día del partido) muy temprano salimos de la sede
en micro hacia el Tigre (primer sospecha). al llegar nos embarcaron en una
lancha de las que se mueven en el Tigre para paseos cortos. Debo aclarar que
nuestro viaje era vía Carmelo y luego colectivo hasta Montevideo. Esta lancha
ya nos preocupó, pero la ilusión superaba todo. La lancha era conducida por un
chico de 19 años y luego nos enteramos que no tenía carta de navegación.
Ya en pleno río y sin la costa del Delta a la vista y con el
movimiento intenso del agua, las ochenta y dos personas vivíamos momentos de
suma tensión. De repente, a lo lejos se ve un puerto importante, era Colonia.
Inmediatamente la embarcación gira 360 grados y se interna en el Delta uruguayo
acompañados por la prefectura de ese país. Y así llegamos a Carmelo a eso de
las cuatro de la tarde.
Pero los problemas continuaron en tierra ya que había huelga
de transporte en Uruguay. Los que podían económicamente tomaron los pocos taxis
que había para recorrer los kilómetros a Montevideo. El resto nos quedamos a
esperar algún colectivo que circulara conducido por su dueño. El primero que
apareció venía lleno y apenas nos pudo subir. Pero el sobrepeso y las paradas
obligadas anunciaban que llegaríamos una vez terminado el partido.
Por ello que muy gentilmente el chofer solicitó el envío de
un colectivo para nosotros. El cual nos encontró en Villa Tararira.
A partir de ese momento y ya de noche, el colectivero
imprimió la mayor velocidad para llegar a tiempo. No fue posible el primer gol
de Estudiantes, lo escuchamos en el micro y el festejo fue explosivo. Con gran
esfuerzo le juntamos al chofer una propina y así logramos llegar en pleno
entretiempo, dejándonos debajo de la tribuna que nos correspondía.
Nos recibió una ovación, brasileños incluidos, ya que por
los parlantes del Centenario anunciaban la llegada de los hinchas argentinos
dados por perdidos en el Río de La Plata a bordo de un lanchón.
Logramos ver el segundo tiempo, festejar lo inolvidable,
sepultando con la alegría de ser Campeones de América toda la angustia y la
bronca que habíamos acumulado desde las seis de la mañana de ese histórico día
para nosotros, los Pinchas.
Muy emocionante recuerdo. Recientemente pude leer algunos artículos de los diarios brasileros de aquellos días donde se habló del éxodo imponente de los hinchas de Estudiantes hacia Montevideo, ya que 20.000 torcedores pincharratas asistieron al encuentro. Un número asombroso, considerando la huelga de transportes en Montevideo y - como dijo "Folha de São Paulo" - la grave crisis económica que estaba viviendo Argentina en aquel momento.
ResponderEliminarEn el día de la final hacía frío: 8/9 grados, la mañana había llovido. Al segundo gol de Estudiantes, algunos hinchas albirrojos invadieron la cancha para festejar.
Luca Gandini (Italia)