Este fue el debut de Estudiantes en la Copa Libertadores. Un 27 de enero del ’68 ante el “rojo” y en Avellaneda. Un sábado por la noche para el recuerdo de todo estudiantil.
Estudiantes se clasificaba a jugar la Copa Libertadores de 1968, no por el título del Metropolitano del '67, sino por el subcampeonato invicto del torneo Nacional de ese mismo año.
El reloj marcaba treinta y un minutos cuando llegó un corner desde la izquierda, de Ribaudo al primer palo, Verón que la peina hacia atrás y el cabezazo por detrás de Echecopar para poner el 1 a 0 jugaba preparada (característica de la época Zubeldiana, que luego sería imitada hasta la actualidad por los entrenadores, con muy buenos dividendos).
Sin embargo el cotejo (como era de esperar, por la gran rivalidad existente entre los jugadores de ambos equipos) entró en una zona oscura, con muchos golpes y jugadas desleales. Como por ejemplo, una que tuvo como protagonista a Acevedo contra Conigliaro y que los dejó a ambos fuera de la cancha el minuto 29 (el primero por la infracción, el segundo por reaccionar).
Llegó el empate de Bernao y el final de la primera etapa. Pero el estado físico albirrojo pasaba a ser clave en la segunda mitad. Porque, en base a un gran esfuerzo físico, y lógicamente gran capacidad táctica y técnica, Estudiantes sacaría ventajas rápidamente. Sobre los seis minutos, Bilardo se la deja a Ribaudo, éste le pega al arco rebotando en Monges y como viene, le da duro la “bruja” Verón para vencer a Santoro.
La violencia siguió siendo el común denominador y otra vez Monges (que pegó todo el partido) trató de sacar de la cancha a Verón con una patada descalificadora. Coerezza se hizo el sota y terminó mostrándole la roja a la “bruja” por reaccionar.
Sin embargo, rápidamente, el “rojo” empataría, en expulsados. Ingresó el uruguayo Urruzmendi y solo estuvo dos minutos en la cancha ya que, en ese tiempo no toco la pelota, pero si le aplicó una patada a Aguirre Suarez y una trompada a Malbernat.
Pero todo no terminará allí, Pachamé se lanza al ataque y se la deja a Bilardo. Este abre por izquierda para Malbernat, quien, tras combinar una buena acción ofensiva deja sólo a Bilardo. El delantero se perfiló y puso el 3 a 1.
El gol de Artime le dio emoción al cotejo, pero a poco del final, la tranquilidad y el gran festejo. Bilardo roba la pelota en el medio y se la pone en profundidad a Lavezzi (había reemplazado a Echecopar). El veloz puntero desbordó y la puso justa para Ribaudo que entraba por el medio sin marca. Toque suave, gol y a festejar.
Independiente 2 - Estudiantes 4
Estudiantes se clasificaba a jugar la Copa Libertadores de 1968, no por el título del Metropolitano del '67, sino por el subcampeonato invicto del torneo Nacional de ese mismo año.
El reloj marcaba treinta y un minutos cuando llegó un corner desde la izquierda, de Ribaudo al primer palo, Verón que la peina hacia atrás y el cabezazo por detrás de Echecopar para poner el 1 a 0 jugaba preparada (característica de la época Zubeldiana, que luego sería imitada hasta la actualidad por los entrenadores, con muy buenos dividendos).
Sin embargo el cotejo (como era de esperar, por la gran rivalidad existente entre los jugadores de ambos equipos) entró en una zona oscura, con muchos golpes y jugadas desleales. Como por ejemplo, una que tuvo como protagonista a Acevedo contra Conigliaro y que los dejó a ambos fuera de la cancha el minuto 29 (el primero por la infracción, el segundo por reaccionar).
Llegó el empate de Bernao y el final de la primera etapa. Pero el estado físico albirrojo pasaba a ser clave en la segunda mitad. Porque, en base a un gran esfuerzo físico, y lógicamente gran capacidad táctica y técnica, Estudiantes sacaría ventajas rápidamente. Sobre los seis minutos, Bilardo se la deja a Ribaudo, éste le pega al arco rebotando en Monges y como viene, le da duro la “bruja” Verón para vencer a Santoro.
La violencia siguió siendo el común denominador y otra vez Monges (que pegó todo el partido) trató de sacar de la cancha a Verón con una patada descalificadora. Coerezza se hizo el sota y terminó mostrándole la roja a la “bruja” por reaccionar.
Sin embargo, rápidamente, el “rojo” empataría, en expulsados. Ingresó el uruguayo Urruzmendi y solo estuvo dos minutos en la cancha ya que, en ese tiempo no toco la pelota, pero si le aplicó una patada a Aguirre Suarez y una trompada a Malbernat.
Pero todo no terminará allí, Pachamé se lanza al ataque y se la deja a Bilardo. Este abre por izquierda para Malbernat, quien, tras combinar una buena acción ofensiva deja sólo a Bilardo. El delantero se perfiló y puso el 3 a 1.
El gol de Artime le dio emoción al cotejo, pero a poco del final, la tranquilidad y el gran festejo. Bilardo roba la pelota en el medio y se la pone en profundidad a Lavezzi (había reemplazado a Echecopar). El veloz puntero desbordó y la puso justa para Ribaudo que entraba por el medio sin marca. Toque suave, gol y a festejar.
Independiente 2 - Estudiantes 4
Fuente: El Gráfico, Diario El Día, Diario Hoy.
Los partidos contra Independiente fueron verdaderas guerras de la Edad Media. Ese sábado 27 el tren cubierto con banderas Pinchas desde la locomotora al último vagón y gracias a la gauchada del maquinista, un hincha de ley, paró frente a la cancha del Rojo y todos bajamos por el terraplén caminando hacia la misma. La vuelta fue imborrable: el maquinista tocando la bocina de la locomotora y desde Villa Elisa a La Plata gente saludando y saltando con banderas rojiblancas en las cercanías de las vías. Llegamos a la estación y desde allí por Diag. 80 a 7y 50 a festejar hasta la mañana del domingo, como muchas veces lo seguimos haciendo durante los 4 años diguientes. Años imborrables en nuestras retinas!
ResponderEliminarQue lindo relato Kedelig, son hechos imborrables... Gracias por compartirlo.
EliminarAbrazo!
Este partido fue histórico por dos razones. Primero: fue el debut de Estudiantes en la Copa Libertadores. Segundo: por la primera y única vez, Aguirre Suárez se enfrentó a un adversario más aguerrido que él (el Uruguayo Urruzmendi) jejeje...
ResponderEliminarBromas a parte, jugar en las Copas Libertadores o en las Copas Intercontinentales en aquellos años era casi como ir a combatir en Vietnam. Cuando el Inter se enfrentó al Independiente en las Copas Intercontinentales de 1964 y 1965, las crónicas hablaron de encuentros durísimos, bajo todos los puntos de vista.
Otra cosa curiosa de aquel 1968. Estudiantes empezó su irresistible escalada a la cima del mundo con esta victoria contra los "Diablos Rojos" de Independiente y la concluyó con el triunfo sobre los... "Diablos Rojos" de Manchester United.
Cuncluyo con una nota "patriótica": el jugador de Independiente Dante Mircoli fue el único Italiano que ganó la Copa Libertadores. Nació en Roma en 1947 y conquistó la Copa con Independiente en 1972.
Luca Gandini (Italia)
Urruzmendi, inolvidable la del uruguayo. Fue record mundial. Entro con ordenes de pegarle a Aguirre Suarez. Y cumplio. El DT Fernandez Viola despues negaba que lo mando a pegar.
ResponderEliminarLinda nota. Congrats por el laburo.
Gracias Luca y rs2a por pasar!
ResponderEliminarEvidentemente eran verdaderas batallas los partidos de Copa por esos años...
Abrazo!
Cómo serían de duras aquellas batallas que en un momento se hizo costumbre que cuando había que jugar de visitantes -especialmente contra los uruguayos que por entonces eran los más ásperos- al equipo lo acompañara siempre José Menno, un boxeador platense amigo de Ringo Bonavena y sparring de Carlos Monzón.
ResponderEliminarMenno era un reconocido hincha de Estudiantes, pero su presencia en vestuarios tenía otra motivación: acompañar al equipo cuando salía a la cancha y debía atravesar el túnel, que era el lugar donde generalmente eran emboscados y castigados duramente minutos antes de comenzar los partidos...
Había que ser muy guapo para soportar los rigores de la Copa Libertadores.
Gracias, Mazy... Una nueva nota para leer, releer y compartir con los cachorros de león. Una joya.
Buen día. Por casualidad, pese a que fue a la noche, recuerda alguien el horario exacto del debut?
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