Guarde Dios a este olavarriense en la gloria. Media 1,95 y se ganaba la vida con Io que viniera: descargando carros de frutas, embolsando en el molinero harinero Campodónico y en sus últimos días lustrando botas por monedas.
A Felipe Montedónica lo conocieron futbolistas, directivos y en especial los hinchas que frecuentaban todos los domingos la cancha. De local no pagaba entrada. Ingresaba como si fuera de él, y eso se lo ganó por ser un infaltable y ferviente personaje en cuanto partido se presentara el equipo al que él, por esta manera tan particular de ser, le dio el apodo eteno: "Pincharrata”.
Los chicos lo miraban con admiración. Juan Robledo, dueño del bar "Los Vascos", andaba en los 12 años cuando ayudaba a su papá en el puesto de frutas ubicado en la puerta de la estacién. "En la calle 1 nunca lo vi pelearse y te hablo de que lo conoci en esta zona entre 1950 y 1980". Asi, tranquilo y campechano era Felipe Montedónica, que murió como todos los buenos de la vida: rebuscandosela para comer y querido por medio mundo.
A pesar de que muchos porteños, y platenses también, confundan aún que Io de Pincha viene por los estudiantes de medicina que experimentaban con las ratas en los laboratorios, o por aquel mito totalmente falso de que Zubeldía mandaba a pinchar con alfileres, fue por el guapo de Felipe que en la ciudad nació la enamoradiza y despectiva palabra “Pincharrata”.
A Felipe Montedónica sólo se le hizo un reportaje, que reproducimos debajo.. Se lo realizó un peregrino, un poeta de la vida, casualmente otro personaje pintorezco y bohemio, el azuleño “Beppo” Andrioli.
Aquel encuentro terminó con la palabra del “Pincharrata” en la cinta de un cassette que ya no está, como tampoco está la figura inmensa del famoso hincha, aunque en los atardeceres, cuando las luces de neón reemplazan al sol y la gente camina apurada hacia su hogar, todavía uno lo imagina a Felipe esperando el domingo...
Diario El Tiempo
Azul, domingo 3 de febrero de 1980
De nuestro corresponsal Raúl Andrioli, en La Plata.
Felipe Montedónica es uno de los fanáticos más grandes del fútbol argentino, mas precisamente de un equipo argentino que se coronara Campeón Mundial en el año 1968 en aquel memorable enfrentamiento que sostuvieron triunfalmente con el Manchester. Sin mencionar de que equipo se trata, con sólo esos datos todo el público deduce su nombre.
Algo parecido ocurre con el mote de "pincharrata", al menos en toda el área de la ciudad de La Plata y para la legión de admiradores, bastante grande por cierto, que tiene el club al que nos estamos refiriendo: Estudiantes de La Plata. Decir "pincharrata" es sabido que, aunque fue en principio un calificativo despectivo, se está designando con el mismo a un "hincha" del popular rojo y blanco platense. Hasta los más chicos saben quien es un "pincharrata" y quien es un "tripero", pero lo curioso es que muchos no saben por qué se utilizan casualmente esas palabras.
Todo tiene su explicación, su porqué. En el caso del sello que lleva el simpatizante de Gimnasia y Esgrima, "tripero", no es necesario rastrear demasiado para obtener su origen. Es debido simplemente a que la mayoría de ellos, trabajaba en los frigoríficos. Pero en el caso de "pincharrata", este adjetivo tan particular, se debe a un solo hombre, don Felipe Montedónica, cuya admiración por el fútbol lo llevó a formar parte de la historia de ese popularísimo juego. Del lado del que nadie nunca se destaca, del lado de la tribuna, la pasión de un hincha, de un hombre del montón, que sobresale de la peculiar y extraña manera de agitar los colores de un cuadro.
Don Felipe es olavarriense, donde casualmente hay otro equipo con el mismo nombre del "cuadrito" de sus amores, meras coincidencias quizás, pero ciertamente un orgullo doble para un alma grande como la suya. Actualmente y desde hace muchos años, su ocupación es la de lustrabotas, actividad esta que desarrolla en las inmediaciones de la estación de trenes de la ciudad de La Plata. (...)
-Don Felipe, ¿cuándo y donde' nació usted?
-Yo nací en Olavarría en el año 1898, o sea que actualmente tengo 81 años.
-¿Cómo fue que se vinculó al club Estudiantes de La Plata?
-Yo fui desde muy chico de Estudiantes de La Plata. Había dos clubes grandes aquí: Estudiantes y Racing. Siempre que me preguntaron de que cuadro era, decía con orgullo: de Estudiantes.
-¿Cómo surge el mote de "pincharrata"?
-Yo tenía un hermano chico, con el que trabajaba en el Mercado. Como había allí muchas ratas, mi hermano y yo las corríamos con un pinche, con un tenedor grande. Y fue así, por esas cosas de chicos, que tanto a él como a mí nos pusieron el sobrenombre de pincharrata.
-¿Usted jugó al fútbol alguna vez?
-No, nunca, siempre fui un simpatizante nada más. Fanático, lo fui y lo sigo siendo. Antes seguía a mi equipo a todos lados donde fuera. Incluso nos colábamos en los trenes. Ahora voy solamente cuando juega acá en La Plata.
-¿Tiene algún recuerdo especial de alguno los de viejos jugadores?
-Si, podría decir Delfín Lascano, para mi fue uno de los máximos goleadores en el año 1913. Además era una brillante persona, trabajaba por aquel tiempo en Tribunales.
-En 1911, cuando Estudiantes asciende a Primera, ¿usted ya iba a la cancha?
-Bueno, no, en esa época era muy chico, tenía 13 años, y los padres de ese entonces no dejaban salir a sus hijos a ninguna parte hasta por lo menos cumplidos los 17 años. Salíamos sólo para ir a trabajar, porque eran tiempos muy duros aquellos
-¿Qué hizo cuando llegó a La Plata?
-Cuando llegué en el año 10 vendía frutas, así como vendedor ambulante, y ahora desde hace muchos años que estoy trabajando de lustrabotas
-¿Algún recuerdo que le venga a la mente, de aquellos encuentros que según tengo entendido eran casi sangrientos para las hinchadas?
-Recuerdos tengo varios, inclusive de peleas callejeras muy bravas, no porque me gustara pelear le aclaro, yo buscaba siempre disparar porque siempre me gustó divertirme sanamente Pero nunca me habré de olvidar, en Avellaneda, en un encuentro que hubo con Independiente. Le ganamos 4 a 2 y nos sacaron corriendo. Ellos eran como 500 y nosotros apenas si llegábamos a los 100. Tuvimos que correr para el lado de las vías y colgamos del tren a la pasada. Antes las hinchadas eran muy bravas.
-¿La institución le ha reconocido a usted este particular esfuerzo suyo, esta contribución tan simpática y desinteresada de ser "hincha" de Estudiantes?
-Si, el club me ha otorgado medallas, acceso libre a la cancha y a la sede. Inclusive me dan algo de plata. Pero mi mayor orgullo es que en la Sala de Trofeos de la Institución luce mi retrato para el recuerdo de todos mis amigos, los que me conocen y los nuevos que se van acercando y que se los bautiza con mi apodo: "pincharrata".
Azul, domingo 3 de febrero de 1980
De nuestro corresponsal Raúl Andrioli, en La Plata.
Felipe Montedónica es uno de los fanáticos más grandes del fútbol argentino, mas precisamente de un equipo argentino que se coronara Campeón Mundial en el año 1968 en aquel memorable enfrentamiento que sostuvieron triunfalmente con el Manchester. Sin mencionar de que equipo se trata, con sólo esos datos todo el público deduce su nombre.
Algo parecido ocurre con el mote de "pincharrata", al menos en toda el área de la ciudad de La Plata y para la legión de admiradores, bastante grande por cierto, que tiene el club al que nos estamos refiriendo: Estudiantes de La Plata. Decir "pincharrata" es sabido que, aunque fue en principio un calificativo despectivo, se está designando con el mismo a un "hincha" del popular rojo y blanco platense. Hasta los más chicos saben quien es un "pincharrata" y quien es un "tripero", pero lo curioso es que muchos no saben por qué se utilizan casualmente esas palabras.
Todo tiene su explicación, su porqué. En el caso del sello que lleva el simpatizante de Gimnasia y Esgrima, "tripero", no es necesario rastrear demasiado para obtener su origen. Es debido simplemente a que la mayoría de ellos, trabajaba en los frigoríficos. Pero en el caso de "pincharrata", este adjetivo tan particular, se debe a un solo hombre, don Felipe Montedónica, cuya admiración por el fútbol lo llevó a formar parte de la historia de ese popularísimo juego. Del lado del que nadie nunca se destaca, del lado de la tribuna, la pasión de un hincha, de un hombre del montón, que sobresale de la peculiar y extraña manera de agitar los colores de un cuadro.
Don Felipe es olavarriense, donde casualmente hay otro equipo con el mismo nombre del "cuadrito" de sus amores, meras coincidencias quizás, pero ciertamente un orgullo doble para un alma grande como la suya. Actualmente y desde hace muchos años, su ocupación es la de lustrabotas, actividad esta que desarrolla en las inmediaciones de la estación de trenes de la ciudad de La Plata. (...)
-Don Felipe, ¿cuándo y donde' nació usted?
-Yo nací en Olavarría en el año 1898, o sea que actualmente tengo 81 años.
-¿Cómo fue que se vinculó al club Estudiantes de La Plata?
-Yo fui desde muy chico de Estudiantes de La Plata. Había dos clubes grandes aquí: Estudiantes y Racing. Siempre que me preguntaron de que cuadro era, decía con orgullo: de Estudiantes.
-¿Cómo surge el mote de "pincharrata"?
-Yo tenía un hermano chico, con el que trabajaba en el Mercado. Como había allí muchas ratas, mi hermano y yo las corríamos con un pinche, con un tenedor grande. Y fue así, por esas cosas de chicos, que tanto a él como a mí nos pusieron el sobrenombre de pincharrata.
-¿Usted jugó al fútbol alguna vez?
-No, nunca, siempre fui un simpatizante nada más. Fanático, lo fui y lo sigo siendo. Antes seguía a mi equipo a todos lados donde fuera. Incluso nos colábamos en los trenes. Ahora voy solamente cuando juega acá en La Plata.
-¿Tiene algún recuerdo especial de alguno los de viejos jugadores?
-Si, podría decir Delfín Lascano, para mi fue uno de los máximos goleadores en el año 1913. Además era una brillante persona, trabajaba por aquel tiempo en Tribunales.
-En 1911, cuando Estudiantes asciende a Primera, ¿usted ya iba a la cancha?
-Bueno, no, en esa época era muy chico, tenía 13 años, y los padres de ese entonces no dejaban salir a sus hijos a ninguna parte hasta por lo menos cumplidos los 17 años. Salíamos sólo para ir a trabajar, porque eran tiempos muy duros aquellos
-¿Qué hizo cuando llegó a La Plata?
-Cuando llegué en el año 10 vendía frutas, así como vendedor ambulante, y ahora desde hace muchos años que estoy trabajando de lustrabotas
-¿Algún recuerdo que le venga a la mente, de aquellos encuentros que según tengo entendido eran casi sangrientos para las hinchadas?
-Recuerdos tengo varios, inclusive de peleas callejeras muy bravas, no porque me gustara pelear le aclaro, yo buscaba siempre disparar porque siempre me gustó divertirme sanamente Pero nunca me habré de olvidar, en Avellaneda, en un encuentro que hubo con Independiente. Le ganamos 4 a 2 y nos sacaron corriendo. Ellos eran como 500 y nosotros apenas si llegábamos a los 100. Tuvimos que correr para el lado de las vías y colgamos del tren a la pasada. Antes las hinchadas eran muy bravas.
-¿La institución le ha reconocido a usted este particular esfuerzo suyo, esta contribución tan simpática y desinteresada de ser "hincha" de Estudiantes?
-Si, el club me ha otorgado medallas, acceso libre a la cancha y a la sede. Inclusive me dan algo de plata. Pero mi mayor orgullo es que en la Sala de Trofeos de la Institución luce mi retrato para el recuerdo de todos mis amigos, los que me conocen y los nuevos que se van acercando y que se los bautiza con mi apodo: "pincharrata".
Texto: Gabriel "Colo" López
Imágenes: An7ifierr*
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